Una nueva grabación perdida, especialmente de los jazzistas legendarios, nos permite entender el proceso creativo que terminó en los discos por todos conocidos. Grabado en 1985 durante unas sesiones perdidas, y guardado bajo 7 llaves hasta ahora, “Rubberband” consiste en demos y temas retrabajados y remezclados por los productores originales de la grabación, la familia y los músicos de Miles que participaron en las sesiones.
Luego de su desaparición pública, Miles volvió a la escena cambiando absolutamente sus propios lineamientos y directrices, pasando del rock y el funk a explorar derechamente el jazz fusión, el R&B con el pop de la época. En este sentido, “Rubberband” encuentra espacio para canciones cantadas, donde Miles pareciera únicamente estar acompañando (“Rubberband of Life” y “Paradise”), y para el lado más potente y agresivo de instrumentales (en especial, la versión retrabajada de “Maze” y “Rubberband”). Todo ello, bajo los sobreabundantes “overdrubs” y adiciones de sintetizadores, percusiones electrónicas y voces de reconocidos cantantes de R&B actuales. Los solos de Miles, en este sentido, parecieran ser deliberadamente reducidos a un nivel óptimo que permite la preeminencia del ritmo y la mezcla de sonidos, abandonando totalmente la estructura tradicional del solo en jazz.
De buenas a primeras, existe la duda si es que el resultado final habría sido lo que Miles habría querido (en comparación a lo que sería posteriormente el legendario “Tutu”), haciendo quizás a “Rubberband” un disco casi anacrónico, más de nuestra época que de mediados de los 80’. Sin embargo, esto es muestra del brillante genio de Miles. Anticipándose al futuro, Miles escuchaba lo que la gente escuchaba en la calle y plasmaba dicha esencia en sus discos, bajo el prisma de la exploración del ritmo y la improvisación. Este ejercicio, que pareciera ser lo más cercano al espíritu original del jazz, siempre ha sido y será criticado por desafiar los cánones tradicionales, pero es lo que hace que el jazz avance y se vaya renovando. A la fuerza.
Reseña por Manuel Abarca
